Romina Tejerina es una joven igual a cualquiera de nosotras, que vivía en un barrio pobre de la localidad de San Pedro provincia de Jujuy, y que a los 18 años fue violada por su vecino.
El violador se llama Pocho Vargas, tenia 38 años y es un comerciante de la zona que “casualmente” es hermano de un oficial de la policía federal.
Romina tubo miedo de hacer la denuncia del abuso sexual, por vergüenza a que la señalaran con el dedo y creyeran que ella fue la responsable de provocar tal abuso; Tal fue así que cuando advirtió que estaba embarazada oculto su situación durante siete meses a su familia intentando abortar en reiteradas oportunidades, hasta que parió sola en el baño de su casa y envuelta en un estado de emoción violenta hirió mortalmente al recién nacido, fue encarcelada y en ningún momento recibió ayuda psicológica. En el juicio Romina decía solo haber visto la cara del violador en el recién nacido y por eso lo hirió.
La justicia no creyó en Romina, ni tuvo en cuenta la violación, ni las consecuencias que sufre cualquier mujer al ser ultrajada física y psicológicamente, determino que Romina era culpable de homicidio agravado por el vínculo, condenándola a 14 años de prisión, actulamente se cumpliran màs de cinco años que permanece en la carcel .Mientras tanto Pocho Vargas el violador esta libre de culpa y de cargo.
Se había pedido reducir la pena a 8 años para Romina, como piden lo genocidas el arresto domiciliario, o los violadores se conmuten sus condenas en el 2 x 1, pedidos que la Corte en casos que no tienen argumentos posibles dio lugar, pero la Corte Suprema de Justicia de la Nación en su fallo al caso de Romina descartó el pedido al considerarlo inadmisible. Cabe aquí preguntarse, ¿Porque la “justicia” genera muchas veces las “injusticias”?
Lo cierto es que la justicia, los representantes del gobierno y la jerarquía de la iglesia se erigen en autoridad moral para mantener a Romina en la cárcel.
Debo aclarar que suele sostenerse que si una persona está enojada, la "mesura" indicaría callarse.
Pero nuestras predecesoras en las luchas por nuestros derechos, no callaron frente a las injusticias.
PORQUE el hecho que la víctima sea responsable, de las deficiencias de los incumplimientos de las distintos organismos del Estado, no sólo es una injusticia sino que produce indignación.
La cultura patriarcal que predomina en nuestra sociedad, a Romina se le impuso así: No le enseñaron educación sexual, para saber como actuar en caso de violación, no sabía como y donde debía denunciar al violador; no sabía que existía una pastilla del día después; no sabía que los padres deben contener a sus hijos y no amenazarlos cuando son víctimas de ultrajes; que su ocultamiento de embarazo iba destruyendo su propia autoestima; que las hormonas juegan una mala pasada en el momento del parto y mayoritariamente las mujeres nos deprimimos en vez de sentir felicidad; que la imposición de una maternidad no querida nos puede obnubilar; etc.
Todo ello lo ignoraba Romina, en la tragedia que le provocó su parto, PERO NO LOS JUECES QUE LA SIGUEN CONDENANDO.
A los violadores…La carcel ya…Para Romina,…LA LIBERTAD…
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