martes, 24 de febrero de 2009

En Defensa del laicismo en las escuelas públicas de Salta.



“Solamente una sociedad que aprende a tratar
con respecto y dignidad a aquellos que considera diferentes,
podrá un día respetar integralmente a todos sus ciudadanos”
Antonio Carlos Gomes Da Costal.


Considerando la creciente diversidad religiosa y moral en el seno de las sociedades actuales y los desafíos que los estados modernos encuentran para favorecer la convivencia armoniosa, considerando igualmente la necesidad de respetar la pluralidad de las convicciones religiosas, ateas, agnósticas, filosóficas y la obligación de favorecer, por diversos medios, la deliberación democrática pacifica; considerando, en fin que la sensibilidad creciente de los individuos y pueblos hacia las libertades y los derechos fundamentales incita a los estados a velar por el equilibrio entre los principios esenciales que favorecen el respeto de la diversidad y la integración de todos los ciudadanos y ciudadanas a la esfera publica.
Es entonces, que nosotros proponemos reflexionar y abrir el debate público en torno a si se debe dar educación religiosa en las escuelas públicas de Salta…
Pensamos que la laicidad del estado bajo cualquier forma legal existente, es la que garantiza mejor los derechos humanos y civiles para la convivencia plural en libertad de conciencia, de creencias y de convicción, frente a las tendencias radicales y fundamentalistas que atentan contra ellos.
Estamos en presencia de una fuerte manifestación pública de posiciones conservadoras que pretenden imponer sus concepciones de moral y ética desde su rol de representantes parlamentarios; es bochornoso aprobar la educación religiosa en las escuelas públicas, sin garantías a la Pluralidad NO Respetando la libertad ideológica de cada salteño/a.
Para nosotros el estado laico es sobre todo el garante de la libertad de conciencia, la autonomía política frente a lo religioso, así como la igualdad de todas las creencias y la no discriminación.
Ciertamente consideramos negativo que la religión cualquiera sea, actué en el estado para obligar desde allí a sus feligreses y a quienes no lo son, a ser obedientes a sus doctrinas y dogmas; es totalitario y peor contraproducente con la propia religión.
Es entonces que luchamos por un estado laico para que la mayoría religiosa, no imponga a una minoría sus propias creencias y costumbres, sino que el estado proteja la libertad de conciencia del ciudadano y ciudadana a disentir de la propia autoridad moral de su iglesia, sin que ello le acarree mas sanción o consecuencias que las aceptadas por el mismo en el interior de su comunidad religiosa.
Nuestro actual desafió como grupo es que también las minorías étnicas, religiosas, sexuales, culturales o de otro tipo puedan acceder en iguales condiciones a un sistema público de convivencia plural.

Maria Tolaba
Pensar el Género

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